10 enero 2006

Fusilando a Sánchez Mazas, por Soldados de Salamina

Hay veces que después de leer un libro, y aunque te haya gustado, hay un regusto poco agradable al momento que perdura por siempre, como cuando las lentejas con chorizo nos recuerdan a las ocho de la tarde que siguen ahí, después de muchas horas. Eso mismo me pasó con Soldados de Salamina, la novela del escritor Javier Cercas.

Sí, la considero una novela incompleta, carente de algo, no sé el qué; y eso es lo que me hace estar cada vez más seguro de que no soy un buen lector, o mejor dicho, que no soy el lector que me gustaría ser: aquel que consigue encontrar las cosas que no le han convencido, y poderlas argumentar como es debido. Esa sensación de inconclusión en la novela recorrió cada una de las páginas que componen el relato. Aún así, es una novela espléndida, el relato en 1ª y 3ª persona de una historia que se descompone en dos al igual que nuestra vida se descompone en dos historias: la que vivimos nosotros y la que viven los demás dentro de nuestra misma existencia. El trasfondo que Cercas le imprime a la novela es impresionante, da igual quién sea Sánchez Mazas, que fuera Falangista o Rojo, que el propio lector sea de una tendencia ideológico - política u otra; lo importante es la historia, el por qué un miliciano salvó la vida a un señor del cual surgieron los idealismos más importantes para el transcurso de España, con todas las repercusiones que eso conllevó, y que todavía seguimos arrastrando a día 10/01/2006. Las piezas del puzzle iban encajando una a una, cual novela policíaca, pero con el conocimiento de que todo ha partido de una investigación real, la del escritor Cercas, formando una especie de coctelera en plena acción donde ficción y realidad se mezclan homogéneamente, formando una historia de héroes y amigos del bosque. A pesar de todo, es un gran libro.

Pues bien, a lo que iba, que me he enrrollado demasiado con el comentario del libro, cosa que no tenía pensada. Hace escasa media hora acabo de terminar de ver la película inspirada en la novela. Reconozco que tenía un gran número de prejuicios con respecto a la misma, porque eso de que cambiaran el personaje femenino por uno masculino.. no me convencía.

El resultado no ha podido ser mejor. A pesar de todas las cosas que faltan (cosa también lógica en una adaptación), de los cambios de sexo del protagonista y de algunas cosas más, creo que se ha hecho una muy buena versión, merecedora de la historia del libro. David Trueba ha conseguido reseñar todo aquello que yo había visto importante en el libro. ¿Qué es un héroe? ¿Buscamos constantemente héroes a nuestro alrededor? ¿Por qué no lo mató? ¿Qué pensó en el momento en el que lo encontró y decidió no delatarlo? son algunas de las preguntas que me hice yo y seguro que mucha gente más que leyó el libro, y que son planteadas de manera abierta, sin hacer juicios, dejando, en este caso al espectador, la decisión. Ariadna Gil vuelve a demostrar que tiene un talento impresionante, con la responsabilidad que tuvo que tener al saber que tenía que adaptar un protagonista masculino a uno femenino. Otro aspecto muy bueno de la película son los personajes reales de la historia, que no pretenden actuar, simplemente quieren contar. Por no hablar de las imágenes de hemeroteca, muy bien escogidas e ubicadas en el film.

Todavía me sigo preguntando, y esto es una respuesta lanzada como quién lanza una botella con mensaje al mar, por qué Miralles, en el final del libro, no confiesa que fué el ese joven miliciano que salvó la vida a Mazas.




La escena final de la película, ese miliciano salvador cantando bajo la lluvia "Suspiros de España", pista enlazadora que ayudó a Cercas a averiguar que sí eras tú Miralles, no lo niegues, es, sencillamente, una gran escena.