Es sorprendente el uso que se le da a la bicicleta en ese país. Ya sea para ir a trabjar, a estudiar, o para ir a la compra...
Al día siguiente de llegar al país, era el primer día de instituto, y cuando nos disponíamos a salir a las 8 de la mañana para llegar a tiempo, me dieron la que sería la bici que me acompañó durante esos quince días (la que sufrió mis percances, la que me llevó a tantos sitios). Salimos de casa y unas pocas pedaladas después, mi amiga y compañera de experiencia Aleora (y su partner holandesa correspondiente) nos esperaban para ir los cuatro juntos, como estuvimos yendo todos los días, ya que vivían a un palmo de donde yo vivía. Ese primer camino en bici le tengo grabado, no se me olvidará como los dos holandeses, un poco más adelantados, nos iban indicando con el brazo si teníamos que girar hacia la derecha o hacia la izquierda. Tampoco olvidaré cómo Aleora y yo veíamos como de vez en cuando se les olvidaba que llevaban a dos personas más que no cogían la bici todos los días como ellos y que, lógicamente, iban más despacio, pero nosotros, a pesar de todo, íbamos a nuestro ritmo. De todas formas, esa cuesta que tanto nos costaba subir por las mañanas y que tanto gusto nos daba bajar cuando volvíamos, estará siempre en mi cabeza. Lloviera o hiciera buen tiempo, cogíamos la bici todo el tiempo, fuera de día, fuera de noche. Y no me olvido, ni mucho menos (siento ser recurrente), de las maniobras de Aleora para encenderse el primer cigarro de la mañana mientras iba montada, pedaleando en los días de mal tiempo, porque entre la lluvia, el viento, y el movimiento... se antojaba a veces muy difícil, ¿te acuerdas?
Cuando llegamos al instituto en cuestión, alucinaba: un aparcamiento de bicis bastante considerable, incluso había un garage subterráneo destinado también para ese fin. Pero estos aparcamientos te los encontrabas no sólo en estos sitios, sino frente a bares, o supermercados, etc. No me olvidaré tampoco de los semáforos, también para bicis, que había en todos los lados (poco frecuentes aquí), ni de los carriles-bici.
Y ya, para terminar, dejar un apunte sobre el seguro que llevan allí estos aparatos para que no los roben. Es un sistema de seguridad integrado en la propia bici y que se bloquea/desbloquea con una llave del mismo tamaño que la llave de una puerta blindada, por ejemplo.