21 septiembre 2007

Breve nota sobre Putas Asesinas

Y digo breve porque, en primer lugar, no tengo mucho tiempo últimamente, y en segundo, porque este libro de cuentos de Bolaño no es que haya dado mucho de sí.

Cogí a Bolaño con muchas ganas, pensé que se iba a convertir en uno de mis escritores favoritos y la pinta que tenía en el libro corroboraba todas mis intuiciones. Pues bien, me he estrellado, es una de las peores lecturas de los últimos meses (espero que no lea este post mi amigo Fernando Silvestre...).

En los trece cuentos que conforman el libro, Bolaño pretende abrirnos a historias impactantes, a oscuras intenciones y actuaciones, situaciones difíciles y duras, pero en la mayoría de ellos no lo consigue. Siempre te dice que va a pasar algo, que el personaje este tiene una historia oculta detrás, que va a suceder algo que va a cambiar el curso de lo que leemos, pero nada, terminas el relato y no tienes ni la más remota idea de qué era, básicamente porque no te lo descubre, ni de manera clara ni de ninguna otra. Te quedas tal como estás, y eso no es nunca bueno cuando lees algo. Sí, escribe bien, domina muy bien la narrativa, pero eso no lo es todo, se necesita algo más, hacer que el lector entienda qué es eso tan importante y decisivo que va a pasar, guiarle o descubrirselo abiertamente, da igual la forma, pero de tal manera que puedas comprender el por qué de todo lo que está escrito. Todo esto que he contado se ve perfectamente en cuentos como Últimos atardeceres en la tierra. O bien, si no te dice que va a pasar algo importante, te cuenta una historia extraña, que de entrada no sabes por donde cogerla, porque todo tiene que tener un sentido, y Bolaño no se lo da.

Los únicos relatos que se salvan son Putas asesinas, un relato duro e inquietante donde comprobamos que nada es nunca lo que parece, y menos en los encuentros casuales; Buba, donde maneja el fútbol y los ritos ancestrales y "oscuros" a la perfección; y finalmente, El Retorno, sin duda la mejor de las trece historias, directa, impactante, soberbia y todo un alarde de explicar como lo incomprensible puede llegar a comprenderse y ser comprensible.

Libro totalmente prescindible, ya se me han quitado las ganas de leer 2666

03 septiembre 2007

Kathy, Tommy, Ruth, Hailsham,Ishiguro.... Nunca me abandones

Después de haber leído esta novela de Ishiguro, confirmo mi teoría sobre mis gustos literarios: me gustan los relatos tranquilos, que pretendan contar historias donde las vidas y las acciones de la gente se crucen y decidan el destino de lo que va a suceder, donde todo este cargado de buenas reflexiones y los artificios brillen por su ausencia. Esto es lo que me ha sucedido con Nunca me abandones, una novela realmente inquietante donde conforme vamos leyendo las páginas vamos descubriendo más secretos y el por qué de muchas situaciones y aspectos de la vida en Hailsham y el futuro de los alumnos que viven allí. Aspectos y situaciones que se van introduciendo poco a poco para ir preparando al lector hasta que ¡zas!, confirmamos lo que hemos sospechado desde mucho rato.

Ishiguro maneja las palabras de una forma muy inteligente. Su lectura es fluida sin caer en la superficialidad. Ha conseguido tejer en su telaraña mental una historia inverosímil a la que le da una credibilidad que realmente asusta, y todo eso lo mezcla con cosas tangibles y no tangibles de nuestra vida diaria (la amistad, el amor, el sexo, nuestras inquietudes y sueños...). Otra cosa que me ha gustado mucho es la sensibilidad con lo que cuenta todo, pero no una sensibilidad pastelosa y cursi, no, qué va, una sensibilidad, digamos dosificada, que varía en intensidad depende de lo que nos quiera contar, y creo que es en este punto en donde radica la calidad de este libro, sin lugar a dudas, porque sin esta sensibilidad hubiera sido muy difícil entender los sentimientos y las nostalgias que en Kathy, Tommy, Ruth surgen.

La amistad entre Kathy, Tommy y Ruth.... qué real, qué bien plasmada, qué buena transposición de la realidad ha hecho, es increíble. En esta amistad a tres bandas vemos los rencores, las malas contestaciones, el cariño no demostrado directamente pero que sí se nota en el ambiente, las cosas que no hace falta decirse porque con un hecho o con una mirada basta, los perdones, la comprensión... A pesar de todo el daño que se pudieron hacer, los buenos recuerdos son los que quedan, el recuerdo de una amistad enmarcada en una vida ya decidida, con un fin muy establecido, pero que no quita para que al final de la historia comprendamos que aunque la vida ya la tuvieran decidida, lo que habían vivido juntos..., eso no se lo iba a quitar nadie.

Realmente me ha dejado un buen sabor de boca Ishiguro. Tengo que reconocer, sin embargo, que durante gran parte de la historia, sentía que a la trama le faltaba ese algo que haga que lo que estás leyendo pase de gustarte mucho a fascinarte, por decirlo de alguna manera. Pero ahora después de unos días de haber terminado este libro, y tras haber dejado reposar mis ideas y haber leído el final tan bonito a la par que triste, me doy cuenta de que he leído un gran libro. Si me ha gustado mucho o me ha fascinado, ahora mismo no lo sé, con el tiempo todo se aclarará, supongo. Ahora bien, tengo claro que los planos de la amistad que he contemplado, la sensibilidad con que está contado, y la maestría de Kazuo al escribir y al contar la historia, pues me han marcado. Y yo creo que eso es al fin y al cabo lo que cuenta.