28 febrero 2007

Viaje hasta Oxford para estar con Todas las almas

Hay veces que compras un libro sin tener intención de hacerlo, porque no vas a eso, sino a hacer compras navideñas a un centro comercial. Pero me topé en los estantes de libros, había muchos de Javier Marías, y una sensación interior me hizo regalarme algo de este escritor. Escogí Todas las almas, una de sus novelas mas famosas, y me encontré con algo diferente a todo lo que había leído, un relato sin argumento continuo, sin una trama concreta, simplemente una experiencia de dos años en una ciudad inglesa en donde recuerda a todas las almas (y sus historias) con las que se encontró durante su estancia allí. Un recuerdo en el que el protagonista sin nombre recuerda esos meses como profesor en la universidad de Oxford, al que Marías dota de características suyas pero sin ser él (aunque sí estuvo también dos años allí), y en donde mezcla personajes ficticios con otros con rasgos de algunas almas con las que allí estuvo.

He de decir que el libro no me fascinó tanto como por ejemplo fascinó a Angéline, pero me gustó. Es un libro distinto. Esa forma de relatar algo con retazos de historias propias del protagonista durante su vivencia, con recuerdos e historias de las almas que componen la obra, hacen que sea algo digno de leer, una forma de hacer literatura sin tener una necesidad última de contar algo con la estructura típica de los libros. Eso fué lo que más me gustó, además de los dos personajes principales: Clare Bayes y Cromer-Blake. Aunque existe un personaje principal, que es la piedra angular de todo, éste y la estancia real de Marías en ese lugar, me parecen mas bien una exucusa para crear una novela coral, donde las historias-vivencias-recuerdos de unos cuantos personajes-almas, se entrecruzan para hacer reflexiones sobre el amor, la vejez y los recuerdos, lo políticamente correcto, la vida en una ciudad diferente y las sensaciones del "emigrante", la amistad, la muerte inminente y la no tan inminente, la literatura y un largo mas de etcéteras que ahora no consigo recordar. Maldita cabeza la mía.


Oxford University (Von Wolfgang Steiner)


Bayes es una mujer con carácter, con las cosas muy claras, que quiere ser invulnerable, no quiere sufrir, y forja una personalidad muy fuerte y muy coherente. Huye de los típicos estereotipos de las relaciones de pareja (comprobable en su relación amorosa con el protagonista) y de las relaciones madre - hijo, padre - hija. Veo muchos caracteres similares a la mujer actual, como el ser alguien independiente, fuerte, y que intenta no ser la típica mujer debilucha y sentimental que muchas veces vemos en otros libros. Cromer-Blake cumple perfectamente la función de persona integradora de alguien que llega a un mundo distinto y sin conocer a nadie, y rápidamente introduce al Español (como así se le llama en muchas ocasiones al protagonista en la novela) en el mundo del college de la Universidad, ayudándole y brindándole una amistad sincera y compresiva que le es de mucho bien a este protagonista sin nombre.

Todo esto es lo que me ha gustado de la novela-colage de recuerdos/vivencias. ¿Lo que no me ha gustado? Pues que en momentos esos recuerdos se recuerdan, valga la redundancia, de manera muy lenta, y el salto de una vivencia a otra se antoja, a veces, poco claro, lo que requiere mucho esfuerzo por parte del lector y puede hacer que éste se pierda sin saber donde se quedó. Aunque también he de decir que en otros momentos esa lentitud pasa de ser eso, lentitud, a ser tranquilidad. Es decir, que en su conjunto, es una novela muy tranquila, algo que creo absolutamente necesario para poder entender la experiencia allí vivida, porque Oxford, según se nos relata, es una ciudad en la que muchas veces no pasa nada, sitio traquilo en el que por necesidad y coherencia las cosas tendrán que ser relatadas tranquilamente, sin prisas, y así poder comprender todos los sucesos de todas las almas, incluidas las del Español.

En resumen: novela recomendable, pero no imprescindible. Perdonad este comentario tan enrevesado, pero qué quieren, no soy ningún erudito. . . Y para terminar, y como suelo hacer siempre, ahí va un fragmento que me gustó, una buena reflexión sobre el amor:

Siempre me ha parecido un exceso de ingenuidad pensar que nadie -porque nos ama, esto es, porque a solas ha determinado amarnos transitoriamente y luego nos lo ha anunciado- va a comportarse con nosotros de manera distinta de como lo vemos comportarse con los demás, como si nosotros no estuviéramos destinados a ser los demás inmediatamente después de la determinación solitaria y la anunciación de lo otro, como si de hecho no fuéramos siempre también los demás además de nosotros.

La soberbia de Dragó. Anexo

“El ego enorme que padece es la causa principal de su fracaso. Dicen que el periodismo de autor está de moda. Pero Sánchez Dragó habla más de sí mismo que de las noticias del día, dedica más tiempo para él que a cualquier otra cuestión. Si no le interesan los deportes, pues no pone deportes. Y a los espectadores que nos apetece ver el gol que nos den por ahí. Me temo que el subconsciente de Sánchez Dragó cree que, efectivamente, él es la noticia principal.”

Este fragmento corresponde a la crítica que de él hacer Marcos Morales en La Razón. Aunque pueda resultar pesado por seguirle dando bombo a este personaje, me ha parecido muy inteligente lo que dice la crítica, eso de que tiene un ego enorme se me pasó, pero es lo que mejor define a Dragó. Para leer el artículo completo, pinchar aquí.

25 febrero 2007

La soberbia de Dragó.. Suma y sigue

No podía dejar pasar la oportunidad, ahora que ya estoy libre después de un tiempo de exámenes, de comentar el ridículo que ha hecho Sánchez Dragó en su programa de Telemadrid (TeleEspe para los amigos), y del que todos estaréis informados.

Para quien no sepa a lo que me refiero, resulta que este personaje, en una entrevista en el periódico 20minutos, llamó sucios a los madrileños, recalcando que los inmigrantes aún lo eran más. Pues bien, señor Dragó, soy madrileño, y creo que se ha pasado, no tres, sino siete pueblos diciendo esa barbaridad. Insultar de esa manera tan gratuita es muy fácil desde donde está, pero creo que hay una cosa que se llama RESPETO, y que a ver si de vez en cuando empieza usted a ponerla en práctica, además de practicar también la palabra TOLERANCIA, porque parece que los inmigrantes le hayan hecho algo.

Pero esto no es lo mejor, amigos del blog. Lo más impresionante de todo es que después de las críticas que recibió al día siguiente, salió en el programa pidiendo perdón con orejas de burro. Es entonces cuando yo me planteo una cosa: ¿cuándo se pide perdón DE VERDAD está implícito el hacerlo con humildad? yo creo que sí, y esto fue lo que más me soprendió de su disculpa: el alarde de SOBERBIA con el que lo hizo, lo cual es la mayor incoherencia e incongruencia que puede existir.


Dragó


En fin, que este señor es de lo más soberbio que he visto en mi vida. Ya lo demuestra cuando en el programa regala libros suyos a sus invitados, mencionando el título, pero diciendo: no voy a enseñar la portada, porque luego me dicen que me auto-publicito. Macho, quedas mejor si enseñas la portada y dices claramente sí, compradme mi libro coño!!!.

14 febrero 2007

La Iglesia y la apostasía

No creo en Dios, así de simple. Estoy bautizado, hice la comunión, fue lo que me inculcaron, pero conforme he ido creciendo y madurando, he tomado otro camino, el de no seguir esa fe que de pequeño aprendí. No creo en esa religión, ni en ninguna otra, y por eso tengo ganas de apostatar, darme de baja de la fé católica. Primeramente porque es absurdo estar "dado de alta" en algo en lo que no creo y que está referido a algo tan importante como los principios de uno mismo, y segundo porque no me apetece PARA NADA que la iglesia utilicé mis datos en sus estadísticas engañosas para decirnos cuántos católicos hay en España.

Pues bien, mi idea es esa, ser apóstata, pero viendo la notcia aparecida el otro día me doy cuenta de que no me va a ser muy fácil. En fin, que determinadas diócesis ponen todas las trabas habidas y por haber para evitar perder datos tan valiosos que pueden utilizar para decirnos cuantos españoles creen en todo eso llamado Dios.

Esta noticia nuevamente demuestra la doble moral de la Iglesia en España. Señores obispos, dejen a la gente decidir por sí misma, a la larga les saldrá mejor.