15 mayo 2007

Penoso... Aznar, el vino y la velocidad

Vean el vídeo y saquen sus propias conclusiones:



Me parece de una gravedad extrema lo que dijo el personaje este en esta conferencia, cada vez hace que le tenga menor respeto a un ser así. Cientos de muertos en las carreteras todos los años, durante todas las vacaciones que tenemos en España, y viene el tío este a decir que a él no le gusta que le digan a qué velocidad tiene que ir, habiendo sido el presidente de un gobierno, y encima haciendo conexión con la ley que quería aprobar la Ministra Salgado sobre la bebida, la cual tenía el respaldo de toda la comunidad científica, ley que se quiso desvirtutar manipulando todo a lo que hacía referencia por parte de muchos medios de comunicación.

Este señor, vuelvo a repetir, ha presidido un país, y moralmente, ya no digo políticamente, no puede hacer este tipo de declaraciones por mucho que la oposición este en el gobierno, porque se trata de un tema muy, pero que muy serio. A ver si se vuelve a Georgetown y nos deja un poquito en paz.

Al día siguiente no murió nadie

Así empieza José Saramago su libro "Las intermitencias de la muerte", relato en el que se nos cuenta una situación totalmente inverosímil: a partir del comienzo de un año nuevo en un país de menos de 10 millones de habitantes del cual no conocemos el nombre, la muerte deja de actuar, no muere nadie... A partír de aquí se desarrolla toda una intrincada historia de conspiranoias, mafias y acumulaciones de cadáveres vivos, esas personas ya muertas cuyo corazón sigue latiendo, aunque sea a muy bajo ritmo. Las empresas funerarias ya no tienen su razón de trabajar, teniendo que buscarse otras alternativas, la mafia (mejor dicho, maphia) saca partido a esta situación mediante una serie de actuaciones las cuales no voy a desvelar, el gobierno no sabe que decir, la gente no sabe que hacer con sus familiares vivos-muertos... El caos se apodera de la gente.

Saramago ya se hace uno de mis escritores favoritos con este libro, el tercero que leo de él. Es impresionante la capacidad de este hombre de crear historias a partir de hechos que no son muy comunes, de conseguirles dar un desarrollo coherente y hacer que nos lo creamos como si fuera algo que puede suceder, y de además de conseguir desarrollar bien la historia principal, consigue también sacarse de la manga más de una historia secundaria que se une a la perfección a la historia principal manejando un relato con mucho, mucho jugo. Todo esto lo he encontrado tanto en este libro como en "El ensayo sobre la ceguera" y "Todos los nombres".

Hay una cosa que me gusta especialmente de este libro de Saramago, y es que da vida a la muerte. Aunque pueda sonar contradictorio, nos presenta a la muerte como algo tangible, no en el sentido físico, sino en el sentido humanamente existencial. Esta muerte tiene pensamiento, razonamientos, intenciones y sobre todo dudas, algo que nos caracteriza mucho al género humano. Es como si estuviéramos viendo la historia de un trabajador, un funcionario normal y corriente que trabaja para una cúpula bien constituida, con superiores, el cual tiene que desempeñar una labor, pudiéndola hacer mal, buscar soluciones. Esto quiere decir que aquí la muerte no simplemente es una expresión macabra que está en el libro porque tiene que estar, no, es alguien con dudas y con capacidad de razonamiento y pensamiento sin la cual hubiera sido un poco difícil crear este libro.

Si le tengo que poner un pero a este libro, es que en ciertos momentos echo de menos esas reflexiones de Saramago tan características de él, simplemente en muchos pasajes se limita a describir lo que ve, cuando en muchos de esos pasajes es totalmente necesario una explicación, una reflexión suya que remate la faena, que siente cátedra, vamos. El final, aunque pueda parecer demasiado "pasteloso" y es un poco extraño, guarda una necesaria coherencia con esa personalidad que se le ha querido dar a la muerte.

Buen libro, sin lugar a dudas

03 mayo 2007

Ahora escucho... REM & The Fray

Imitation of life (REM):

Del disco Reveal, publicado en 2001, fue la primera canción que conocí de este grupo, cuando contaba con 15 años de vida. Decir que la canción me enganchó desde el principio, era optimismo en estado puro, te entraban ganas de sonreír. Es una canción para escuchar cuando estás triste, una canción para ayudarte a levantarte y seguir adelante. Me gusta por eso. Hacía tiempo que no la escuchaba, mucho tiempo, y hace poco, sonó en la radio Loosing my religion, otra gran canción, y recordé esta canción, y me la he bajado, y ahora no la puedo dejar de escuchar... En fin, para todos los que estáis tristes, un poquito de Imitation of life. Gran grupo este REM.



How to save a life (The Fray):

Este es el contrapunto a la canción alegre de REM. Conocí esta canción a raíz de la serie Anatomía de Grey, una de las series con los guiones mejor escritos, las tramas mejor argumentadas y los personajes más completos y grandes en sus papeles correspondientes, y bueno, de la que es BSO. (Inciso, me quedo antes con House, a ese nadie le supera). El caso es que la canción tiene una fuerza impresionante, y aunque no sepas ni de lo que va, solo por la música, sabes que el drama es el protagonista de la historia. Pues sí, una historia de desamor de lo más común que puede existir, una canción sobre una escena, dos personas, un perdón rondando el ambiente, la tristeza se apodera de la letra, la letra se apodera de la tristeza. La canción se apodera de mí. Genial.